lunes, 9 de octubre de 2017

DOS VIVENCIAS, UN FIN DE SEMANA

MIRAVALLES





Hay días en los que madrugar parece un deporte extremo, un cansancio indescriptible... y probablemente lo sea. Pero a veces este esfuerzo se ve recompensado con días mágicos, como el que vivimos el sábado en la cima del Miravalles, en la sierra de Ancares.


Bajo un intenso cielo azul, sin una sola nube que lo tiñera de blanco, nos adentramos en un paisaje de gran hermosura. En los densos bosques de montaña, llenos de matices cromáticos, nos maravillamos con el amarillo de los abedules, el rojo fuego de las hojas del arándano y el verde profundo de los variados arbustos.












La densidad y la variedad botánica de un paisaje a las puertas ya de la inminente llegada de la estación otoñal, recreaban una atmósfera llena de encanto.







  Los Ancares representan todavía la quinta esencia del trekking solitario, un ambiente fantástico para quienes desean degustar la montaña y la naturaleza sin aglomeraciones.  




Un lugar donde el cuerpo y el alma se funden para disfrutar de la hermosura de la naturaleza, concediéndonos el placer de desconectar del estrés de la vida cotidiana. 
 Un espacio desconocido y por ello, lleno de encanto. 
 



Por eso y por mucho más, desde Transitum Natura seguimos (y seguiremos!) amando la Sierra de Ancares, y esperamos que esa pasión con la que la vivimos se transmita a través de nuestras rutas.


  






MONTE DO GATO 
 
El Monte del Gato. Lugar en el que despojarnos de nuestros prejuicios. 

Por qué lo decimos así? Porque creemos que es un ejemplo de cómo los contrastes se pueden leer siempre desde una óptica positiva









En sus entrañas se enlazan el bosque autóctono con el bosque antrópico, lo que muestra de forma dura y directa hasta qué punto la acción humana puede llegar a ser de destructiva. Esto nos ayuda a tomar conciencia, es decir, positivo. Y en medio del bosque antrópico, sobrevive imponente el bosque autóctono. Esto, sin duda, también lo es.








 
 
En este conjunto de emociones intensas, a veces contradictorias que a menudo nos dejan las excursiones, empezamos visitando las bellas Fervenzas del río de los dos nombres que, aunque al 10% de su capacidad, todavía sobrevive. Pudimos comprobar la gravedad de la sequía que padece Galicia. 

El verano que acabamos de despedir, seco, no hace sino corroborar una situación por desgracia ya familiar durante el resto del año: hay ausencia de agua. 

Este factor climático, además de suponer un gran prejuicio para el medio ambiente y para la economía tradicional gallega, nos afecta a nosotros también, que amamos los bosques tupidos y húmedos de Galicia.


 










 


























A pesar de todo, hay muchos aspectos positivos que remarcar, y sin duda, el placer de observar la vida en los bosques es uno de los más notables: robles, castaños, adebules, setas y caballos salvajes se cruzaron en nuestros pasos como ejemplos de puro renacer.

 En resumen...una bella excursión circular en la que no faltaron momentos de cierta aventura. Sí, a veces el bosque también se paga su parte, cerrándonos caminos en un enmarñado abrazo de espinosos toxos!







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