Oscuridad, Monte del Gato y Perseidas: tres elementos que nos han regalado una excursión mágica, llena de ilusión y de aventura. Pocas ocasiones se presentan a lo largo del año en las que disfrutar de una noche tan clara y misteriosa como la del pasado 12 de agosto, en la que las Perseidas nos deleitaron con sus fugaces apariciones.
Y no podíamos dejar pasar una oportunidad así para salir al monte a disfrutar del espectáculo, lejos de la contaminación lumínica de las ciudades, rodeados de silencio y de nosotros mismos.
En la noche del sábado, además de la compañía de las estrellas, tuvimos la suerte de compartir nuestra salida con numerosas perdices. Este tipo de encuentros se pueden disfrutar sólo en el silencio de la noche y en armonía con la naturaleza.
A través de excursiones nocturnas como la que compartimos en el Monte del Gato nos encontramos ante un gran número de vivencias sensitivas: los distintos rumores del bosque, el sonido amplificado de nuestros pasos, la incertidumbre ante la ausencia de detalles visuales y todas las sensaciones que nos sumergen en un mundo distinto al que experimentamos a la luz del día. Además, estas percepciones se acentúan al tener lugar en un ambiente desconocido, ya sea un bosque o una montaña, en los que sentimos la grandeza del entorno y la dificultad para encontrar puntos de referencia.
Con un equipo de guías expertos como el de Transitum Natura ha sido posible disfrutar de esta experiencia maravillosa, afrontando el miedo a lo desconocido como una vivencia de crecimiento personal.
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